La plenaria del Senado vivió una jornada especialmente tensa durante el debate sobre la propuesta de consulta popular impulsada por el Gobierno, cuyo objetivo era someter a votación ciudadana doce preguntas relacionadas con la reforma laboral previamente archivada por la Comisión Séptima.
El ambiente estuvo marcado por fuertes confrontaciones entre congresistas oficialistas y de oposición. Uno de los puntos más polémicos fue la discusión sobre si debía darse trámite a las apelaciones al archivo de la reforma. Finalmente, la proposición fue aprobada, lo que permitió reabrir el estudio del proyecto, que ahora pasará a una comisión diferente para continuar su trámite en tercer debate.
El Ejecutivo ha manifestado preocupación por los plazos, advirtiendo que es improbable que la iniciativa logre superar los dos debates restantes antes del cierre del periodo legislativo. No obstante, la senadora Angélica Lozano sostuvo que, con 38 días disponibles, aún es posible avanzar, aunque reconoció que sería necesario que el Congreso sesione de lunes a sábado, suspendiendo otras actividades.
La votación de la solicitud de consulta fue el punto álgido de la sesión. En medio de un ambiente cargado y con tensiones visibles, se registraron 49 votos por el No y 47 por el Sí. Tras el resultado, y entre gritos y reclamos, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, optó por levantar la sesión.
El Gobierno denunció irregularidades en el proceso. El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, acusó a Cepeda de haber alterado el procedimiento para favorecer la negativa y anunció que la coalición oficialista apelará la votación.
Desde el exterior, el presidente Gustavo Petro se pronunció asegurando que la consulta no fue derrotada, sino bloqueada por lo que calificó como una maniobra fraudulenta. Según él, el presidente del Senado cerró la votación al notar que se consolidaba una mayoría a favor del sí. “Estamos ante un fraude y es el pueblo quien debe decidir”, advirtió el presidente.