Comúnmente las partes afectadas por una separación o divorcio experimentan efectos psicológicos significativos debido al desgaste emocional. Es importante tener mucha precaución al considerar las consecuencias de este tipo de procesos, ya que no siempre impiden a un padre desempeñar su función de manera efectiva.
En la sentencia T-255 de 2024, la Corte Constitucional estableció categóricamente que los jueces deben optar por establecer regímenes de custodia compartida, con tal que se demuestre que ambos progenitores tienen la capacidad de proteger los derechos de sus hijos y que las circunstancias de su entorno no impliquen una exposición a riesgos.
La decisión de la Corte, en dicha sentencia, es significativa, ya que indica claramente que la custodia compartida debe ser la norma general en lugar de la excepción. Es decir, establece que los operadores judiciales deberán usar un enfoque destinado a evaluar si ambos padres son capaces de desempeñar el papel de cuidador, en lugar de tener la tendencia a descartar a un padre como cuidador principal.
La custodia compartida es la manera de proceder. Solo en casos en que se pruebe que uno de los padres no está en capacidad de proteger los derechos de los niños o los expone a amenazas significativas, la custodia monoparental debe ser una alternativa.
Este análisis es particularmente importante para las mujeres, pues como lo indicó la Corte, “los estereotipos de género derivan en una estigmatización que se concreta en lo que se espera de ellas [las mujeres] en el ejercicio del rol de directoras del hogar”. De tal suerte que se les exige que lo desempeñen de manera perfecta, sin importar si atraviesa una situación de crisis”.
La custodia compartida es un derecho fundamental para los niños, niñas y adolescentes. Conoce más sobre este importante régimen. En Carpio, Firma de Abogados, te brindamos asesoría jurídica para que puedas acceder a este beneficio.
